martes, 15 de mayo de 2012

Comentario sobre la serie “In treatment” Sophie, episodio uno Lic. Sibila Shammah[1]


Asociación Psicoanalítica Argentina.  Comisión de Interior



            Movimientos de apertura en la iniciación de un tratamiento
              La escucha orientada a la producción de una demanda.

Tomando este episodio que acabamos de ver como punto de apoyo, les propongo hacer un ejercicio clínico  que nos permita desarrollar algunas reflexiones acerca de una primera entrevista, la demanda y su contrapartida, la escucha del analista.
Así también, tomando la metáfora de Freud que compara el análisis con el ajedrez, podemos hacer el intento de puntuar en el material los  movimientos de apertura en éste, haciendo un recorrido por el desarrollo de las asociaciones y sus puntos de angustia.
Desde los tiempos de los inicios del psicoanálisis y hasta ahora, frente al material de esta primera entrevista surge la pregunta ¿Cuál es la tarea del análisis?
Sabemos que el motor del tratamiento es el sufrimiento y el deseo de sanar.
Dice Strachey que Freud fue siempre renuente a dar detalles sobre su técnica. Era escéptico del valor que pudieran tener para los principiantes.  Esta transmisión es compleja por la enorme diversidad de las constelaciones psíquicas intervinientes, incluida en esta la personalidad del analista. Pero es claro, que las reglas sólo adquieren su valor si se comprenden y asimilan sus fundamentos: inconsciente, transferencia y sexualidad infantil. Es importante señalar también que esa asimilación depende no solo de la lectura teórica, si no fundamentalmente de la propia experiencia del análisis personal.
Así, podemos empezar a pensar en esta particular primer entrevista.
Sophie es forzada a consultar a Paul, un psicoanalista.  Ella dice que busca “su opinión profesional” sobre el accidente que sufrió y que le provocó serias fracturas.
Desde el inicio notamos que la información es vaga y poco transparente. Sophie es renuente a dar datos y a hablar de sí misma.  No es todavía “una paciente” no muestra una demanda de análisis.  Esto es algo todavía a construir, es tarea del análisis conseguirlo.
Sin embargo, ya desde el comienzo, podemos ver que el psicoanalista escucha un “ pedido latente” de ayuda, lee la escena del accidente como un pedido Inconsciente de ayuda.
En esta sesión somos testigos de los intentos del psicoanalista por generar estos movimientos de apertura del análisis.  Es decir, de la posibilidad de hacer circular alguna verdad del inconsciente, coagulada en los síntomas y actos de Sophie.
Como sabemos, el psicoanálisis renuncia a enfocar un momento o problema determinado.  Se propone estudiar la superficie psíquica que el paciente presenta en cada momento. De este modo, se proponen las reglas de asociación libre y su contrapartida, la atención flotante. Por eso no interesa con qué material comience el tratamiento,  el paciente elige cómo abre su jugada.
Es así como el psicoanalista recibe a Sophie, no se interesa por leer inmediatamente el informe que ella le presenta, se abstiene de hacerlo para, más bien, disponer al despliegue del relato.
Podemos ver la posición  que toma de seguir a Sophie en sus asociaciones, buscando el modo de “abrir”. Abrir al despliegue de un discurso y, al mismo tiempo, algún espacio en ella.  Espacio donde pueda “contener” por un rato en su interior, en el intento de elaborar y no expulsar rápidamente, su conflictiva pulsional.
Sophie, que es una adolescente de 16 años, muestra un modo de funcionamiento de tipo narcisista, en el sentido en que se presenta cerrada, defendida, desconfiada y asustada en el encuentro con el otro y consigo misma (narcisismo secundario como la vuelta de la libido sobre sí mismo) .  De un modo algo anoréxico, rechaza rápidamente el alimento que se le acerca.  Hace pensar en un tejido muy sensible, “en carne viva”, al que hay que buscar con mucho arte la forma de comenzar a tocar.
Freud alerta en su artículo : ” Recordar, repetir y reelaborar” (1914), sobre que nuestro saber acerca de lo inconsciente del paciente no es algo que él esté preparado al mismo tiempo que nosotros para recibir y que no se consiguen modificaciones si no es primero por la vía de la eliminación de la represión. Sólo que este trabajo no puede llevarse adelante sin tener en cuenta el factor decisivo en un análisis: la transferencia, a la que define como “…la más poderosa palanca del éxito…”, pero también: “ …el medio más potente de la resistencia” ( “Sobre la dinámica de la transferencia” 1912 ,p.99 ), esto es algo que fue aprendiendo con los años y la experiencia  (Dora, por ejemplo)
Así, la primer meta será para Freud  allegar al paciente al tratamiento y a la persona del médico  
Volviendo al material,  les propongo iniciar  un recorrido por los caminos que va tomando el discurso, vemos que Sophie aclara enseguida que no asistió a la consulta para una terapia.
En ese sentido el psicoanalista no atribuye mucho valor a la expectativa y discurso consciente con la que la persona se acerca a la consulta, sabe que esto no cuenta en relación a las resistencias inconscientes que lo mantienen anclado a la neurosis.
 Sophie inmediatamente hace referencia a la asistente social y a las preguntas irritantes de ésta. La piel de su psiquismo, si podemos seguir con la metáfora, es muy sensible, se irrita fácilmente, por eso, se creó una coraza y se negó y se niega a hablar, no soporta que la toquen.  Este es un primer punto de angustia, un primer indicio para el análisis.
El psicoanalista nota entonces, un esbozo de sonrisa, al describir el accidente. Se lo señala y así abre la puerta a un recuerdo: otra escena, otro accidente.
Es importante el concepto de escena para el psicoanálisis, “la otra escena“ en la que se desarrollan los sueños, esa otra realidad : la realidad psíquica, la del inconsciente. Escenas superpuestas, formas en que se desplegará y se actuará la transferencia. 
En esta otra escena hay entonces también otra mujer que  grita lo que Sophie quiere y no quiere saber: trató de suicidarse.
Es en ese momento, en que hay un intento de investigación acerca del accidente, un intento de hacerlo hablar, que Sophie ofrece el informe.  ¿Querrá entonces que Paul sepa, que se entere, de lo que ella no puede decirle?  Lo que dice a través de la asistente social o la vieja? En lugar de hablar, hace un acto, entrega el informe.  Paul, el analista, sigue buscando escuchar  y en lugar de leer pregunta.
Este es un punto de quiebre en la entrevista, Sophie no soporta la tensión y escupe, ¿podemos pensar aquí en el inicio de un despliegue transferencial?
Dice Freud en “Sobre la dinámica de la transferencia”:
“Las mociones inconscientes no quieren ser recordadas, como la cura lo desea, sino que aspiran a reproducirse con la atemporalidad y la capacidad de alucinación de lo inconsciente” “ …el enfermo …quiere actuar sus pasiones sin atender a la situación objetiva” (p, 105, 1912)
Es decir que el analizando no recuerda nada de lo olvidado y reprimido, podemos decir también: lo más doloroso. Aquello que resulta intolerable para él. Entonces lo actúa, lo produce como acción, lo repite sin saber que lo hace. Pero ésta es también una manera de recordar, cuanto mayor es la resistencia más será sustituido el recordar por el actuar-repetir.
Entonces, estamos ya en el terreno de la transferencia, como una pieza de repetición.  En” Esquema del psicoanálisis” (1940), Freud dice que a través de ella el paciente escenifica un fragmento importante de su biografía “…actúa ante nosotros en lugar de informarnos” (p.176)
En este punto del devenir de la entrevista Sophie cree ver una especie de complot entre la madre y el psicoanalista.  Le reprocha que “no suena interesado” Dice que tendría que haber escuchado las advertencias del padre con respecto a no hacer esta consulta. Se configura una escena en que Paul queda alineado con la madre –la vieja, por oposición al padre.
A la vez, se pone ahora bien de manifiesto toda su desconfianza.  El texto (ahora adelantándonos un poco, con el diario del domingo en la mano)  también  podría ser este: “los hombres ya le demostraron que en ellos no se puede confiar”. No se interesan por lo que ella siente, no hay en ellos un verdadero interés subjetivo
Y frente a la irrupción de la angustia despertada Sophie busca desaparecer, abandonar la escena, configurando así un esbozo del modo de funcionamiento que caracterizaría el tratamiento.
Ella actúa y lo obliga al analista a actuar, cosa que él acepta, metiéndose en la escena, intenta retenerla. Juega un rol.
En “Recordar, repetir y reelaborar” (1914)  dice Freud:
 “…El principal recurso para domeñar la compulsión de repetición del paciente y transformarla en un motivo para el recordar, reside en el manejo de la transferencia.
Volvemos esa compulsión inocua y, más aún, aprovechable si le concedemos su derecho a ser tolerada en cierto ámbito: le abrimos la transferencia como la palestra donde tiene permitido desplegarse con una libertad casi total y donde se le ordena que escenifique para nosotros todo pulsionar patógeno que permanezca escondido en la vida anímica del analizado” (p.156)
Puede ser que al mismo tiempo el analista haya ido construyendo la idea de que ella pide ser entendida, pide que alguien la escuche, a través del acto de entregar el informe y pedir que lo lea. Entonces su maniobra es ofrecerse a leerlo y ver qué quiere decirle ella con esto.
Es interesante ver cómo entonces se relanza el discurso de Sophie, que empieza a  moverse por el consultorio, a hacer todo tipo de comentarios y preguntas, que el psicoanalista toma como material de asociación, otra vez siguiéndolas, escuchando, señalando e interpretando.  Así, a través del  inhalador de Paul, Sophie trae la idea de la muerte.
Paul- Según lo que dice aquí parece que tú también podrías haber muerto.
Sophie- Si, eso habría resuelto muchos problemas.
Queda enunciado el conflicto y el modo de tratarlo. Otra irrupción de la angustia que lleva a Sophie a desviar el comentario hacia la vida de Paul, develándole recién ahí que conoce a su hija, que fue su compañera de grado en la primaria.
El psicoanalista la devuelve a la idea de la que ella había escapado, intentando me parece, desculpabilizarla.  De cualquier modo, ella no puede profundizar todavía en eso y responde con otra actuación:  ¿Puedo tomar agua?
Otra vez el psicoanalista toma esta escenificación como un  modo de decir, pone en palabras que ella le está contando cuan incapacitada se siente. Le habla de lo vulnerable que se debe sentir. 
Es un ejercicio interesante cómo uno puede ir metiéndose en esta sesión, como nos va llevando a entender el clima que se instala olvidándonos de que se trata de una ficción, por momentos. Ella dice:
-No vine acá por terapia, solo necesito que escriba su opinión y que les diga a ellos que no soy una loca que se arroja a los autos todos los días.
- Por eso viniste hoy, Sophie? ¿Para que te diga que estás bien? ¿Que no estás loca?  Esa es la prueba que temes fracasar?
-Debo irme ya, son menos 10
En este momento se desarrollan todas las asociaciones que conducen al padre y a Cy, el entrenador, y dejan planteadas, a través de las contradicciones del discurso una serie de interrogantes acerca de estos vínculos. Aparece el elemento de la sirena dibujada por su entrenador, figura  a la vez infantil y sexualizada, Se muestran más indicios del conflicto.
Es a través de todos estos indicios, que surgen de irrupciones de angustia, de actos, de contradicciones en el discurso, que el psicoanalista va pudiendo armar sus hipótesis e interpretar.
Podemos pensar a esta altura que Sophie se acerca a la consulta buscando un padre como el de su compañera: que la escuche y la contenga.
 Suponemos que, en cambio, ella tiene la imagen de un padre que la excita y la retiene y probablemente la empuja al acto. Muestra el deseo de un padre que no la manipule. 
A  su vez vislumbramos una vieja-madre que denuncia el problema y de la que busca alejarse.
Paul entiende esto y lo interpreta, inclusive así puede pensarse la maniobra que efectúa cuando es convocado a actuar. Es como si se dijera que le propone: no matemos la oportunidad.
 Se ofrece  así como otro capaz de contener en el ámbito transferencial sus angustias, capaz de soportarlas y sobrevivir. Intentando de este modo como lo proponía Freud  “hacerle cumplir un trabajo psíquico que tiene por consecuencia necesaria una mejoría duradera de su situación psíquica”. ( “Sobre la dinámica de la transferencia “ p.103 )
Por fin podemos concluir retomando la pregunta inicial acerca de la tarea del análisis diciendo que el método se orienta entonces, a promover frente al conflicto el trabajo psíquico de elaboración,  a través del análisis de la transferencia, intentando levantar las represiones para ofrecerle al paciente  la libertad de decidir sobre sus asuntos con libertad, velamos por su autonomía última.  En palabras de Freud “….el efecto del análisis, que no está destinado a imposibilitar las reacciones patológicas, sino a procurar al yo del enfermo la libertad de decidir en un sentido en un sentido o en otro”  (“El yo y el Ello”  1923 p 51 nota 2  )
De esta manera,  una primera entrevista apuntaría a desarrollar los movimientos de apertura dirigidos a la posibilidad  de producir una interrogación acerca de la  propia verdad inconsciente.


[1] Sibilashammah@hotmail,com

1 comentario:

  1. Excelente análisis. Que grato es leer estas líneas y saber lo valioso que es el quehacer psicológico. Soy psicólogo clínico con influencias psicoanalíticas y leyendo este texto me hace recordar la gran influencia que el psicoanálisis contribuyó al nacimiento de la psicoterapia. Hace poco terminé de atender una cita y es tan gratificante observar la habilidad para asociar los actos con los contenidos inconscientes. Gracias por el aporte al trabajo psicológico.

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