Asociación Psicoanalítica
Argentina. Comisión de Interior
Movimientos
de apertura en la iniciación de un tratamiento
La escucha orientada a la producción de una demanda.
Tomando este episodio que acabamos
de ver como punto de apoyo, les propongo hacer un ejercicio clínico que nos permita desarrollar algunas
reflexiones acerca de una primera entrevista, la demanda y su contrapartida, la
escucha del analista.
Así también, tomando la metáfora
de Freud que compara el análisis con el ajedrez, podemos hacer el intento de
puntuar en el material los
movimientos de apertura en éste, haciendo un recorrido por el desarrollo
de las asociaciones y sus puntos de angustia.
Desde los tiempos de los inicios
del psicoanálisis y hasta ahora, frente al material de esta primera entrevista
surge la pregunta ¿Cuál es la tarea del análisis?
Sabemos que el motor del
tratamiento es el sufrimiento y el deseo de sanar.
Dice Strachey que Freud fue
siempre renuente a dar detalles sobre su técnica. Era escéptico del valor que
pudieran tener para los principiantes.
Esta transmisión es compleja por la enorme diversidad de las
constelaciones psíquicas intervinientes, incluida en esta la personalidad del
analista. Pero es claro, que las reglas sólo adquieren su valor si se
comprenden y asimilan sus fundamentos: inconsciente, transferencia y sexualidad
infantil. Es importante señalar también que esa asimilación depende no solo de
la lectura teórica, si no fundamentalmente de la propia experiencia del
análisis personal.
Así, podemos empezar a pensar en
esta particular primer entrevista.
Sophie es forzada a consultar a
Paul, un psicoanalista. Ella dice
que busca “su opinión profesional” sobre el accidente que sufrió y que le
provocó serias fracturas.
Desde el inicio notamos que la
información es vaga y poco transparente. Sophie es renuente a dar datos y a
hablar de sí misma. No es todavía
“una paciente” no muestra una demanda de análisis. Esto es algo todavía a construir, es tarea del análisis
conseguirlo.
Sin embargo, ya desde el comienzo,
podemos ver que el psicoanalista escucha un “ pedido latente” de ayuda, lee la
escena del accidente como un pedido Inconsciente de ayuda.
En esta sesión somos testigos de
los intentos del psicoanalista por generar estos movimientos de apertura del
análisis. Es decir, de la
posibilidad de hacer circular alguna verdad del inconsciente, coagulada en los
síntomas y actos de Sophie.
Como sabemos, el psicoanálisis
renuncia a enfocar un momento o problema determinado. Se propone estudiar la superficie psíquica que el paciente
presenta en cada momento. De este modo, se proponen las reglas de asociación
libre y su contrapartida, la atención flotante. Por eso no interesa con qué
material comience el tratamiento,
el paciente elige cómo abre su jugada.
Es así como el psicoanalista
recibe a Sophie, no se interesa por leer inmediatamente el informe que ella le
presenta, se abstiene de hacerlo para, más bien, disponer al despliegue del
relato.
Podemos ver la posición que toma de seguir a Sophie en sus
asociaciones, buscando el modo de “abrir”. Abrir al despliegue de un discurso
y, al mismo tiempo, algún espacio en ella. Espacio donde pueda “contener” por un rato en su interior,
en el intento de elaborar y no expulsar rápidamente, su conflictiva pulsional.
Sophie, que es una adolescente de
16 años, muestra un modo de funcionamiento de tipo narcisista, en el sentido en
que se presenta cerrada, defendida, desconfiada y asustada en el encuentro con
el otro y consigo misma (narcisismo secundario como la vuelta de la libido
sobre sí mismo) . De un modo algo anoréxico,
rechaza rápidamente el alimento que se le acerca. Hace pensar en un tejido muy sensible, “en carne viva”, al
que hay que buscar con mucho arte la forma de comenzar a tocar.
Freud alerta en su artículo : ”
Recordar, repetir y reelaborar” (1914), sobre que nuestro saber acerca de lo
inconsciente del paciente no es algo que él esté preparado al mismo tiempo que
nosotros para recibir y que no se consiguen modificaciones si no es primero por
la vía de la eliminación de la represión. Sólo que este trabajo no puede
llevarse adelante sin tener en cuenta el factor decisivo en un análisis: la
transferencia, a la que define como “…la más poderosa palanca del éxito…”, pero
también: “ …el medio más potente de la resistencia” ( “Sobre la dinámica de la
transferencia” 1912 ,p.99 ), esto es algo que fue aprendiendo con los años y la
experiencia (Dora, por ejemplo)
Así, la primer meta será para
Freud allegar al paciente al
tratamiento y a la persona del médico
Volviendo al material, les propongo iniciar un recorrido por los caminos que va
tomando el discurso, vemos que Sophie aclara enseguida que no asistió a la
consulta para una terapia.
En ese sentido el psicoanalista
no atribuye mucho valor a la expectativa y discurso consciente con la que la
persona se acerca a la consulta, sabe que esto no cuenta en relación a las
resistencias inconscientes que lo mantienen anclado a la neurosis.
Sophie inmediatamente hace referencia a la asistente social y
a las preguntas irritantes de ésta. La piel de su psiquismo, si podemos seguir
con la metáfora, es muy sensible, se irrita fácilmente, por eso, se creó una
coraza y se negó y se niega a hablar, no soporta que la toquen. Este es un primer punto de angustia, un
primer indicio para el análisis.
El psicoanalista nota entonces,
un esbozo de sonrisa, al describir el accidente. Se lo señala y así abre la puerta
a un recuerdo: otra escena, otro accidente.
Es importante el concepto de
escena para el psicoanálisis, “la otra escena“ en la que se desarrollan los
sueños, esa otra realidad : la realidad psíquica, la del inconsciente. Escenas superpuestas,
formas en que se desplegará y se actuará la transferencia.
En esta otra escena hay entonces
también otra mujer que grita lo
que Sophie quiere y no quiere saber: trató de suicidarse.
Es en ese momento, en que hay un
intento de investigación acerca del accidente, un intento de hacerlo hablar,
que Sophie ofrece el informe.
¿Querrá entonces que Paul sepa, que se entere, de lo que ella no puede
decirle? Lo que dice a través de
la asistente social o la vieja? En lugar de hablar, hace un acto, entrega el
informe. Paul, el analista, sigue
buscando escuchar y en lugar de
leer pregunta.
Este es un punto de quiebre en la
entrevista, Sophie no soporta la tensión y escupe, ¿podemos pensar aquí en el inicio
de un despliegue transferencial?
Dice Freud en “Sobre la dinámica
de la transferencia”:
“Las mociones inconscientes no
quieren ser recordadas, como la cura lo desea, sino que aspiran a reproducirse
con la atemporalidad y la capacidad de alucinación de lo inconsciente” “ …el
enfermo …quiere actuar sus pasiones sin atender a la situación objetiva” (p,
105, 1912)
Es decir que el analizando no
recuerda nada de lo olvidado y reprimido, podemos decir también: lo más
doloroso. Aquello que resulta intolerable para él. Entonces lo actúa, lo
produce como acción, lo repite sin saber que lo hace. Pero ésta es también una
manera de recordar, cuanto mayor es la resistencia más será sustituido el
recordar por el actuar-repetir.
Entonces, estamos ya en el
terreno de la transferencia, como una pieza de repetición. En” Esquema del psicoanálisis” (1940),
Freud dice que a través de ella el paciente escenifica un fragmento importante
de su biografía “…actúa ante nosotros en lugar de informarnos” (p.176)
En este punto del devenir de la
entrevista Sophie cree ver una especie de complot entre la madre y el psicoanalista. Le reprocha que “no suena interesado”
Dice que tendría que haber escuchado las advertencias del padre con respecto a
no hacer esta consulta. Se configura una escena en que Paul queda alineado con la
madre –la vieja, por oposición al padre.
A la vez, se pone ahora bien de
manifiesto toda su desconfianza.
El texto (ahora adelantándonos un poco, con el diario del domingo en la
mano) también podría ser este: “los hombres ya le
demostraron que en ellos no se puede confiar”. No se interesan por lo que ella
siente, no hay en ellos un verdadero interés subjetivo
Y frente a la irrupción de la
angustia despertada Sophie busca desaparecer, abandonar la escena, configurando
así un esbozo del modo de funcionamiento que caracterizaría el tratamiento.
Ella actúa y lo obliga al
analista a actuar, cosa que él acepta, metiéndose en la escena, intenta
retenerla. Juega un rol.
En “Recordar, repetir y reelaborar”
(1914) dice Freud:
“…El principal recurso para domeñar la compulsión de
repetición del paciente y transformarla en un motivo para el recordar, reside
en el manejo de la transferencia.
Volvemos esa compulsión inocua y,
más aún, aprovechable si le concedemos su derecho a ser tolerada en cierto
ámbito: le abrimos la transferencia como la palestra donde tiene permitido
desplegarse con una libertad casi total y donde se le ordena que escenifique
para nosotros todo pulsionar patógeno que permanezca escondido en la vida
anímica del analizado” (p.156)
Puede ser que al mismo tiempo el
analista haya ido construyendo la idea de que ella pide ser entendida, pide que
alguien la escuche, a través del acto de entregar el informe y pedir que lo
lea. Entonces su maniobra es ofrecerse a leerlo y ver qué quiere decirle ella
con esto.
Es interesante ver cómo entonces
se relanza el discurso de Sophie, que empieza a moverse por el consultorio, a hacer todo tipo de comentarios
y preguntas, que el psicoanalista toma como material de asociación, otra vez
siguiéndolas, escuchando, señalando e interpretando. Así, a través del
inhalador de Paul, Sophie trae la idea de la muerte.
Paul- Según lo que dice aquí
parece que tú también podrías haber muerto.
Sophie- Si, eso habría resuelto
muchos problemas.
Queda enunciado el conflicto y el
modo de tratarlo. Otra irrupción de la angustia que lleva a Sophie a desviar el
comentario hacia la vida de Paul, develándole recién ahí que conoce a su hija,
que fue su compañera de grado en la primaria.
El psicoanalista la devuelve a la
idea de la que ella había escapado, intentando me parece,
desculpabilizarla. De cualquier
modo, ella no puede profundizar todavía en eso y responde con otra actuación: ¿Puedo tomar agua?
Otra vez el psicoanalista toma
esta escenificación como un modo
de decir, pone en palabras que ella le está contando cuan incapacitada se
siente. Le habla de lo vulnerable que se debe sentir.
Es un ejercicio interesante cómo
uno puede ir metiéndose en esta sesión, como nos va llevando a entender el
clima que se instala olvidándonos de que se trata de una ficción, por momentos.
Ella dice:
-No vine acá por terapia, solo
necesito que escriba su opinión y que les diga a ellos que no soy una loca que
se arroja a los autos todos los días.
- Por eso viniste hoy, Sophie?
¿Para que te diga que estás bien? ¿Que no estás loca? Esa es la prueba que temes fracasar?
-Debo irme ya, son menos 10
En este momento se desarrollan
todas las asociaciones que conducen al padre y a Cy, el entrenador, y dejan
planteadas, a través de las contradicciones del discurso una serie de
interrogantes acerca de estos vínculos. Aparece el elemento de la sirena
dibujada por su entrenador, figura
a la vez infantil y sexualizada, Se muestran más indicios del conflicto.
Es a través de todos estos
indicios, que surgen de irrupciones de angustia, de actos, de contradicciones
en el discurso, que el psicoanalista va pudiendo armar sus hipótesis e
interpretar.
Podemos pensar a esta altura que
Sophie se acerca a la consulta buscando un padre como el de su compañera: que
la escuche y la contenga.
Suponemos que, en cambio, ella tiene la imagen de un padre
que la excita y la retiene y probablemente la empuja al acto. Muestra el deseo
de un padre que no la manipule.
A su vez vislumbramos una vieja-madre que denuncia el problema
y de la que busca alejarse.
Paul entiende esto y lo
interpreta, inclusive así puede pensarse la maniobra que efectúa cuando es
convocado a actuar. Es como si se dijera que le propone: no matemos la
oportunidad.
Se ofrece así como
otro capaz de contener en el ámbito transferencial sus angustias, capaz de
soportarlas y sobrevivir. Intentando de este modo como lo proponía Freud “hacerle cumplir un trabajo psíquico que
tiene por consecuencia necesaria una mejoría duradera de su situación
psíquica”. ( “Sobre la dinámica de la transferencia “ p.103 )
Por fin podemos concluir
retomando la pregunta inicial acerca de la tarea del análisis diciendo que el
método se orienta entonces, a promover frente al conflicto el trabajo psíquico
de elaboración, a través del
análisis de la transferencia, intentando levantar las represiones para
ofrecerle al paciente la libertad
de decidir sobre sus asuntos con libertad, velamos por su autonomía última. En palabras de Freud “….el efecto del
análisis, que no está destinado a imposibilitar las reacciones patológicas,
sino a procurar al yo del enfermo la libertad de decidir en un sentido en un
sentido o en otro” (“El yo y el
Ello” 1923 p 51 nota 2 )
De esta manera, una primera entrevista apuntaría a
desarrollar los movimientos de apertura dirigidos a la posibilidad de producir una interrogación acerca de
la propia verdad inconsciente.
Excelente análisis. Que grato es leer estas líneas y saber lo valioso que es el quehacer psicológico. Soy psicólogo clínico con influencias psicoanalíticas y leyendo este texto me hace recordar la gran influencia que el psicoanálisis contribuyó al nacimiento de la psicoterapia. Hace poco terminé de atender una cita y es tan gratificante observar la habilidad para asociar los actos con los contenidos inconscientes. Gracias por el aporte al trabajo psicológico.
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